El Rey Rana

El Rey Rana

domingo, 24 de octubre de 2010

Entre el Amor y el Desamor

...No todo está perdido, incluso a riesgo de equivocarnos una y otra vez.  Los anfibios son una especie en extinción, quién sabe y con el tiempo tenemos la fortuna de erradicarlos al fin!!!
Googleando por la net me encontré esta canción que habla de la desesperanza en el amor, al mismo tiempo que nos insta a arriesgarnos a amar, porque sin haber amado nuestras vidas no tienen sentido.  Contradictorio pero cierto, por ahora y sin temor a equivocarme una vez más ...Sigo besando Sapos...


A quoi ça sert l'amour
A quoi ça sert l’amour? -¿Para qué sirve el amor?
On raconte toujours -Cuentan siempre
Des histoires insensées. -De historias sin sentido
A quoi ça sert d’aimer? -¿Para qué sirve amar?

L’amour ne s’explique pas! -El amor no se explica
C’est une chose comme ça, -Es una cosa así
Qui vient on ne sait d’où -Que llega vaya uno a saber de dónde
Et vous prend tout à coup. -Y te toma de sorpresa.

Moi, j’ai entendu dire -Yo, he escuchado decir
Que l’amour fait souffrir, -Que el amor hace sufrir
Que l’amour fait pleurer. -Que el amor hace llorar
A quoi ça sert d’aimer ? -¿Para qué sirve amar?

L’amour ça sert à quoi ? -El amor ¿para qué sirve?
A nous donner d’ la joie -Para darnos felicidad
Avec des larmes aux yeux… -Con lágrimas en los ojos…
C’est triste et merveilleux!-¡Es triste y es maravilloso!

Pourtant on dit souvent -Sin embargo, a menudo dicen
Que l’amour est décevant, -Que el amor decepciona
Qu’il y en a un sur deux -Que hay uno de dos
Qui n’est jamais heureux… -Que no es jamás feliz…

Même quand on l’a perdu, -Incluso cuando se ha perdido
L’amour qu’on a connu -El amor que hemos conocido
Vous laisse un goùt de miel.-Te deja un sabor a miel
L’amour c’est éternel ! -¡El amor es eterno!

Tout ça, c’est très joli, -Todo esto es muy lindo
Mais quand tout est fini, -Pero cuando todo termina
Il ne vous reste rien -No te queda más nada
Qu’un immense chagrin… -Que una pena inmensa…

Tout ce qui maintenant -Todo esto que ahora
Te semble déchirant, -Te parece desgarrador,
Demain, sera pour toi -Mañana será para ti
Un souvenir de joie! -¡Un feliz recuerdo!

En somme, si j’ai compris, -Finalmente, si entendí bien
Sans amour dans la vie, -Sin amor en la vida
Sans ses joies, ses chagrins,-Sin sus alegrías, sus penas
On a vécu pour rien ? -¿Vivimos para nada?

Mais oui ! Regarde-moi ! -¡Pero si! ¡Mírame!
A chaque fois j’y crois -Cada vez que creo
Et j’y croirai toujours… -Y creeré siempre…
Ça sert à ça, l’amour ! -¡Sirve para eso el amor!
Mais toi, t’es le dernier, -Pero tú, eres el último,
Mais toi, t’es le premier! -Pero tú, ¡eres el primero!
Avant toi, ‘y avait rien, -Antes que tú, no había nada
Avec toi je suis bien! -¡Contigo estoy bien!
C’est toi que je voulais, -Eres tú a quien quiero
C’est toi qu’il me fallait !-¡Eres tú quien me hacia falta!
Toi qui j’aimerai toujours… -Tu eres a quien amaré por siempre
Ça sert à ça, l’amour !… -¡Sirve para eso el amor !…

 
(Edith Piaf & Charles Aznavour)

Por culpa del Homo Insípidus???

Las mujeres tienen menos orgasmos de lo que creen los hombres

Según un amplio estudio en EE.UU., el 85% de los hombres dijeron que su última pareja sexual tuvo un orgasmo, frente a un 64% de las mujeres.
Una extensa encuesta nacional en EE.UU:, la más completa y grande sobre el comportamiento sexual desde 1994, descubrió cambios importantes, como como el tipo de educación sexual destinada a los jóvenes, la llegada del matrimonio entre personas del mismo sexo y la aparición de Internet como herramienta para la interacción social.
Los hombres son más propensos a tener orgasmos durante relaciones sexuales vaginales, mientras que las mujeres tienen más probabilidades de alcanzarlo en otros actos, incluyendo el sexo oral, dijo la investigadora Debra Herbenick, autora principal de la sección sobre la vida sexual de las estadounidenses.
También hubo una brecha importante en la percepción de la satisfacción de su pareja: el 85% de los hombres dijeron que su última pareja sexual tuvo un orgasmo, mientras que sólo el 64% de las mujeres reportaron tener un orgasmo en su encuentro sexual más reciente.
Asimismo, entre los hallazgos hubo una alta tasa de uso del condón entre los adolescentes de 14 a 17 años de edad, pues el 79% de los menores reportó haber usado condón en la ocasión más reciente.
Otro hallazgo fue el de las tasas de uso del condón entre hombres hispanos y negros, que fueron significativamente más altas que las de los blancos. Las tasas más bajas de uso de preservativos fueron entre los hombres mayores de 50 años. Esto aumentaría el riesgo para contraer enfermedades de transmisión sexual por el alto número de adultos mayores que tienen varias parejas.
Estos resultados, que aparecen en un número especial de la revista Journal of Sexual Medicine, son en base a la participación de 5,865 personas, con edades de los 14 a los 94 años. El estudio fue realizado por el Centro para la Promoción de la Salud Sexual de la Universidad de Indiana.
Otros hallazgos notables:
- Aunque alrededor del 7% de las mujeres adultas y 8% de los hombres se identifican como gays, lesbianas o bisexuales, la tasa de personas que han tenido relaciones sexuales con personas del mismo sexo en algún momento de su vida es mayor. Por ejemplo, el 15% de los hombres de 50 a 59 años dijo que había recibido sexo oral de otro hombre durante su vida.
- Entre los adolescentes más jóvenes, sólo alrededor del 2% de los estadounidenses de 14 años de edad dijeron haber tenido relaciones sexuales en el último año. Eso se compara con el 40% de los jóvenes de 17 años.

Homo Sapiens u Homo Insípidus???

... El significado de sapere tanto transcrito como traducido, nos da saber.  En latín lo mismo son saberes que sabores. En español, quedan aún algunas huellas de este pasado común. Decimos: "éste no sabe nada" y "esto no sabe a nada" con el mismo verbo; pero en el primero caso nos referimos al saber, y en el segundo al sabor. Esta relación permanece en el participio presente del mismo verbo que es sapiens, sapientis, adjetivo verbal que pasó a tener el significado de sabio sin perder el de "saboreador", por eso son posibles muchos chistes y equívocos. Al saludar a un grupo de mujeres con un "muy buenas", siempre queda abierta la duda de si las buenas son las tardes, o ellas, y en este caso, si mi intención es decir que están buenas, o simplemente que lo son. Es de suponer, por tanto, que a pesar de que no se refleje en la literatura, la palabra sapiens tuvo que mantener en el plano coloquial el significado tanto activo (el que tiene capacidad de saborear) como pasivo (el que tiene sabor); al igual que sápidus significó indistintamente sabroso o gustoso y juicioso o prudente; y su contrario insípidus pudo aplicarse y se sigue aplicando por igual, junto a su sinónimo "soso" a los alimentos y a las personas.
Si lo único que ha hecho el término sapiens es ampliar su significado (pero no cambiarlo) de los sabores a los saberes; si ha dado el salto de la percepción exclusivamente sensorial a la percepción mental, al usarlo nos estamos refiriendo a la misma forma de conocimiento (sapere, saborear) pero aplicada a planos distintos de la realidad. No se trata por tanto de un cambio de método de acceso al saber, sino sólo de un cambio de objeto del saber. El método primitivo del saber humano, animal por tanto, tenía que ser necesariamente irracional, instintivo, intuitivo. El homo sapiens no pudo ser un homo rationalis o un animal rationale como lo definió Aristóteles, sino un animal sensitivo, que además de tener desarrollados el gusto y el olfato para decidir qué le convenía meterse en el cuerpo, desarrolló unos sentidos interiores análogos, casi igual de sutiles, para discernir lo que le convenía meterse en la mente; una mente cuya capacidad iba aumentando a medida que se iba adaptando el hombre al nuevo plano de percepción. Olfateaba y saboreaba interiormente toda nueva situación, todo nuevo conocimiento. Y fue este sapere lo que le hizo sapiens. Pero por lo visto no era bueno para la especie estancarse en un estadio tan primitivo y tan subjetivo del conocimiento. Era preciso dar el gran salto de la sapiencia (un saber de muy difícil transmisión), a la ciencia, el saber que entra por los ojos y por el oído, el que se transmite por la imagen y la palabra, el saber mensurable y computable. Había que pasar del Homo Sapiens al Homo Insípidus; que la ciencia para ser pura ha de ser incolora, inodora e insípida.
(Mariano Arnal)


sábado, 2 de octubre de 2010

...Y así comienza la tradición...

El Rey Rana (Los Hermanos Grimm)

En aquellos remotos tiempos, en que bastaba desear una cosa para tenerla, vivía un rey que tenía unas hijas lindísimas, especialmente la menor, la cual era tan hermosa que hasta el sol, que tantas cosas había visto, se maravillaba cada vez que sus rayos se posaban en el rostro de la muchacha. Junto al palacio real extendíase un bosque grande y oscuro, y en él, bajo un viejo tilo, fluía un manantial. En las horas de más calor, la princesita solía ir al bosque y sentarse a la orilla de la fuente. Cuando se aburría, poníase a jugar con una pelota de oro, arrojándola al aire y recogiéndola, con la mano, al caer; era su juguete favorito.

Ocurrió una vez que la pelota, en lugar de caer en la manita que la niña tenía levantada, hízolo en el suelo y, rodando, fue a parar dentro del agua. La princesita la siguió con la mirada, pero la pelota desapareció, pues el manantial era tan profundo, tan profundo, que no se podía ver su fondo. La niña se echó a llorar; y lo hacía cada vez más fuerte, sin poder consolarse, cuando, en medio de sus lamentaciones, oyó una voz que decía: “¿Qué te ocurre, princesita? ¡Lloras como para ablandar las piedras!” La niña miró en torno suyo, buscando la procedencia de aquella voz, y descubrió una rana que asomaba su gruesa y fea cabezota por la superficie del agua. “¡Ah!, ¿eres tú, viejo chapoteador?” dijo, “pues lloro por mi pelota de oro, que se me cayó en la fuente.” - “Cálmate y no llores más,” replicó la rana, “yo puedo arreglarlo. Pero, ¿qué me darás si te devuelvo tu juguete?” - “Lo que quieras, mi buena rana,” respondió la niña, “mis vestidos, mis perlas y piedras preciosas; hasta la corona de oro que llevo.” Mas la rana contestó: “No me interesan tus vestidos, ni tus perlas y piedras preciosas, ni tu corona de oro; pero si estás dispuesta a quererme, si me aceptas por tu amiga y compañera de juegos; si dejas que me siente a la mesa a tu lado y coma de tu platito de oro y beba de tu vasito y duerma en tu camita; si me prometes todo esto, bajaré al fondo y te traeré la pelota de oro.” – “¡Oh, sí!” exclamó ella, “te prometo cuanto quieras con tal que me devuelvas la pelota.” Mas pensaba para sus adentros: ¡Qué tonterías se le ocurren a este animalejo! Tiene que estarse en el agua con sus semejantes, croa que te croa. ¿Cómo puede ser compañera de las personas?

Obtenida la promesa, la rana se zambulló en el agua, y al poco rato volvió a salir, nadando a grandes zancadas, con la pelota en la boca. Soltóla en la hierba, y la princesita, loca de alegría al ver nuevamente su hermoso juguete, lo recogió y echó a correr con él. “¡Aguarda, aguarda!” gritóle la rana, “llévame contigo; no puedo alcanzarte; no puedo correr tanto como tú!” Pero de nada le sirvió desgañitarse y gritar ‘cro cro’ con todas sus fuerzas. La niña, sin atender a sus gritos, seguía corriendo hacia el palacio, y no tardó en olvidarse de la pobre rana, la cual no tuvo más remedio que volver a zambullirse en su charca.

Al día siguiente, estando la princesita a la mesa junto con el Rey y todos los cortesanos, comiendo en su platito de oro, he aquí que plis, plas, plis, plas se oyó que algo subía fatigosamente las escaleras de mármol de palacio y, una vez arriba, llamaba a la puerta: “¡Princesita, la menor de las princesitas, ábreme!” Ella corrió a la puerta para ver quién llamaba y, al abrir, encontrase con la rana allí plantada. Cerró de un portazo y volviese a la mesa, llena de zozobra. Al observar el Rey cómo le latía el corazón, le dijo: “Hija mía, ¿de qué tienes miedo? ¿Acaso hay a la puerta algún gigante que quiere llevarte?” - “No,” respondió ella, “no es un gigante, sino una rana asquerosa.” - “Y ¿qué quiere de ti esa rana?” - “¡Ay, padre querido! Ayer estaba en el bosque jugando junto a la fuente, y se me cayó al agua la pelota de oro. Y mientras yo lloraba, la rana me la trajo. Yo le prometí, pues me lo exigió, que sería mi compañera; pero jamás pensé que pudiese alejarse de su charca. Ahora está ahí afuera y quiere entrar.” Entretanto, llamaron por segunda vez y se oyó una voz que decía:
“¡Princesita, la más niña,
Ábreme!
¿No sabes lo que
Ayer me dijiste
Junto a la fresca fuente?
¡Princesita, la más niña,
Ábreme!”
Dijo entonces el Rey: “Lo que prometiste debes cumplirlo. Ve y ábrele la puerta.” La niña fue a abrir, y la rana saltó dentro y la siguió hasta su silla. Al sentarse la princesa, la rana se plantó ante sus pies y le gritó: “¡Súbeme a tu silla!” La princesita vacilaba, pero el Rey le ordenó que lo hiciese. De la silla, el animalito quiso pasar a la mesa, y, ya acomodado en ella, dijo: “Ahora acércame tu platito de oro para que podamos comer juntas.” La niña la complació, pero veíase a las claras que obedecía a regañadientes. La rana engullía muy a gusto, mientras a la princesa se le atragantaban todos los bocados. Finalmente, dijo la bestezuela: “¡Ay! Estoy ahíta y me siento cansada; llévame a tu cuartito y arregla tu camita de seda: dormiremos juntas.” La princesita se echó a llorar; le repugnaba aquel bicho frío, que ni siquiera se atrevía a tocar; y he aquí que ahora se empeñaba en dormir en su cama. Pero el Rey, enojado, le dijo: “No debes despreciar a quien te ayudó cuando te encontrabas necesitada.” Cogióla, pues, con dos dedos, llevóla arriba y la depositó en un rincón. Mas cuando ya se había acostado, acercóse la rana a saltitos y exclamó: “Estoy cansada y quiero dormir tan bien como tú; conque súbeme a tu cama, o se lo diré a tu padre.” La princesita acabó la paciencia, cogió a la rana del suelo y, con toda su fuerza, la arrojó contra la pared: “¡Ahora descansarás, asquerosa!”

Pero en cuanto la rana cayó al suelo, dejó de ser rana, y convirtióse en un príncipe, un apuesto príncipe de bellos ojos y dulce mirada. Y el Rey lo aceptó como compañero y esposo de su hija.